Disfruto de esos datitos científicos que sustentan lo que hacemos en la práctica de yoga. Día a día se plantean mejores estudios que explican lo que hacemos en el mat, más allá del puro feeling. Y no se trata de que no me guste el feeling, esa rica sensación de relajación física y paz mental que solemos sentir en un buen flow de yoga. Sin embargo, explicar por qué ciertas técnicas, posturas o meditaciones funcionan en el cuerpo. y que no se trata solo de algo mágico o casual. siempre me ha fascinado.
Mis reflexiones hoy tienen que ver con pranayama, o control consciente de la respiración. Así se traduce esa palabra desde el sánscrito, la lengua clásica de la India en la que se escribieron legendarios textos del Yoga. Las técnicas de control de la respiración son parte esencial del yoga y son previas a las populares asanas o posturas. Según cuenta la leyenda, los primeros yoguis pasaban sus días entre sentarse a meditar y practicar pranayama, sin ningún perro hacia debajo de por medio.
Yoga tiene más de 5 mil años. Por aquel entonces los yoguis no iban a tomar clases de anatomía, ni leían en Google sobre fisiología, ni mucho menos veían videos en YouTube sobre neurociencias. Pero, las prácticas, los conocimientos y las enseñanzas que desarrollaron a punta de contemplación y conexión real con cuerpo hoy son cuestionados y muchas veces comprobados por la ciencia. Y aquí es donde me meto al diafragma...
El diafragma es el músculo que gerencia la respiración. Tiene sus colaboradores pero, el diafragma es el que es. Y aunque se mueve solito todo el tiempo, se contrae cuando inhalamos y se relaja cuando exhalamos, también lo podemos controlar a voluntad. “Don Diafragma” también nos ayuda a vomitar y a expulsar el popo y el pis. Eso lo comparto solo como dato informativo.
Existe una vía de comunicación oficial entre nuestro sistema nervioso y el diafragma: los nervios frénicos. Y a través de esos nervios, sin ponerme muy técnica, el diafragma le pasa data al cerebro de cómo están la situación el cuerpo, evaluando o calibrando lo que ocurre en el cuerpo, usando la expansión y contracción del diafragma como sensor informativa. Paso a presentarles entonces a Andrew Huberman, profesor de neurociencias de la Universidad de Standford, que me hizo sonreír cuando lo escuché, por lo que decía y por lo simpático que está. Abajo les dejo el enlace para oír la charla completa, por si hay curiosidad.
En un pedacito de la charla, Huberman relata que en su laboratorio se investiga cómo ciertos patrones de respiración nos calman profundamente. Esos patrones de respiración están ubicados, por así decirlo, en grupos especializados de neuronas en tallo cerebral. Explica Huberman que cierta técnica de respiración, que consiste en inhalar en dos tiempos y luego exhalar bien en un tiempo y por la boca, lleva información desde el diafragma hacia ese lugar X en el tallo cerebral que activa la respuesta de relajación del cuerpo o sistema nervioso parasimpático. Y entonces, ¡magia! Nos calmamos rápidamente. Es tan efectivo, dice el neurocientífico que bastan unas pocas repeticiones de ese patrón de respiración para sentirlo en el cuerpo y que es más rápido que activar relajación a través del nervio vago, que es otra forma en que activamos la respuesta de relajación en el cuerpo. Esto que ha explicado Mr. Huberman, querido lector y lectora, es una técnica de pranayama.
Pues, ¡qué bonito, qué bonito!
Huberman recalca a lo largo de su conversatorio, que escuché en el canal de YouTube Impact Theory, que esa comunicación constante de cuerpo con cerebro, es lo que ayuda a nuestro organismo a estar a tono. No es solo el cerebro dando órdenes. Todo indica que es un gran sistema de retroalimentación. Y que al ganar manejo sobre las facetas que son voluntarias o “controlables” en nuestro cuerpo nos ayuda a generar mayor bienestar, cuando lo necesitemos, mientras más consistentemente lo practiquemos. Y entonces volví a pensar en todo esto que hacemos en Yoga. Sí, qué buen feeling me deja esto en mente y cuerpo.
Hasta la próxima…
Sis
43:50 Sección del video donde el Dr. Huberman habla sobre respiración y diafragma
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